Está empeñada España en avergonzar el aire y el mar,
lejos de aprender de la valentía del agua que conoce todas las tierras,
lejos de aprender del silbido del viento que habla todas las lenguas.
lejos de aprender de la valentía del agua que conoce todas las tierras,
lejos de aprender del silbido del viento que habla todas las lenguas.
Lejos, muy lejos, el atravesar el aire con aviones
vergonzantes que trasladan a países en guerra a aquellos que los abandonaron
buscando un mejor futuro, repleta su alma del amor a la libertad del viento, de
la fuerza poderosa del mar que es capaz de escalar los más altos acantilados.
Ahora son deportados, en oscuros vuelos que les devuelven al
pasado, a la pobreza, a la guerra.
Vuelos vergonzantes que nos devuelven, a nosotros europeos
con aires de grandeza a la más oscura condición del ser humano, al egoísmo más
ancestral que vive en el alma del que no ha descubierto la grandeza de
compartir.
Al miedo que anida en el alma del que temeroso no abre las
puertas de su vida a la vida, pensando que le van a arrebatar lo que no tiene,
pues tan huraño se ha vuelto que ya ni de la belleza de la primavera es capaz
de disfrutar.
¿Qué será eso tan importante que protegemos en la Gran
Europa?
¿Qué valor está por encima de la vida del ser humano que mandamos a la guerra?
¿Cual es la razón que nos hace abandonar a personas en mitad del desierto?
¿Qué valor está por encima de la vida del ser humano que mandamos a la guerra?
¿Cual es la razón que nos hace abandonar a personas en mitad del desierto?
Y si creemos que nada hay por encima de la vida,
entonces ha llegado el momento de denunciar con la valentía del mar,
con la fuerza de la ola que rompe en el acantilado,
con la insumisión del viento que no conoce frontera,
denunciar la indignidad que en este país se realiza a cada rato con seres humanos
que aquí no nacieron pero que aquí quieren vivir.
entonces ha llegado el momento de denunciar con la valentía del mar,
con la fuerza de la ola que rompe en el acantilado,
con la insumisión del viento que no conoce frontera,
denunciar la indignidad que en este país se realiza a cada rato con seres humanos
que aquí no nacieron pero que aquí quieren vivir.